I and Me, o “el juego de los gatitos” como será conocido en mi casa por el resto de la eternidad, es un juego de acertijos ambientales, con un un poco de salto de plataformas, cargado de una dosis doble de ternura y algo que casi cuenta como personalidad. En este juego cada vez que activas los controles direccionales o de salto, diriges, no a una sino, a dos pequeñas bolas de pelo con cola, orejas y ojos; que maúllan como gatos cuando se lastiman y se enroscan para dormir como gatos si los dejas quietos por mucho tiempo: sin embargo en todo lo demás parecen una mezcla de personajes salidos de alguna película de Studio Ghibli diseñados para vender juguetes tiernos y suavecitos. Acompañado por un diseño gráfico que me recuerda bastante a Braid, pero un más difuminado, y un soundtrack de música clásica en piano: sentarse a jugar una partida en la tarde noche, con una bebida en la mano y los pies en alto, puede ser una experiencia considerablemente relajante; siempre y cuando no seas una persona a la que le estresan los acertijos o los videojuegos. Entre cada pantalla hay mensajes de texto pseudo intelectualoides o disque espiritualosos sobre la soledad, las relaciones y verse a uno mismo desde una perspectiva externa, que además se prestan como comentario medio relacionado al objetivo de la pantalla asociada: supongo que son para agregar a la atmósfera pacífica, sin embargo yo dejé de ponerles atención bastante rápido porque me recordaban mucho al lenguaje repetitivo y carente de sutileza que se ve en guiones de los animados japoneses de consumo masivo.


Las pantallas se terminan ubicando a cada gatito detrás de uno los dos marcos que se encuentran en la algún lugar de la misma: momento en el que suena el click una cámara cósmica que mágicamente los convierte en fotos dentro de los marcos. Hay un objetivo opcional en cada nivel que es alcanzar una hoja que tiene un texto adicional antes de terminarlo. La ubicación y distancia entre los marcos varía en cada nivel, algunos incluso están flotando sobre el agua, reiterando la importancia de que ambos gatitos lleguen a su cuadro al mismo tiempo. Los niveles tienen mecanismos que el usuario puede activar, como palancas, superficies de rebote, portales o plataformas, también tiene obstáculos que detienen , desvían o lastiman a los gatitos, como puercoespines, estacas, cañones de abejas o plataformas. Utilizando tanto los mecanismos como los obstáculos el jugador debe: no solo guiar a los gatitos hacia los marcos, sino ubicarlos correctamente uno en relación al otro para llegar al final de forma sincronizada; por ejemplo para incrementar o disminuir la separación entre los gatitos puedes hacer que uno se tope con un obstáculo mientras que el otro se siga moviendo libremente en la misma dirección, las plataformas sirven un propósito similar, ya sea de forma vertical u horizontal. Algunas pantallas requieren habilidades de salto sincronizado mientras que otras son mas cerebrales en su reto: todas las pantallas sin embargo se pueden solucionar explorando las interacciones posibles y probando diferentes combinaciones, normalmente es bastante claro cuando estas en el camino correcto. Si te quedas pegado en una pantalla puedes activar un sistema de pistas presionando dos botones a la vez para ver una demostración de como se resuelve una parte del acertijo.

Desarrollado por Wish Fang y publicado por RataLaika, este juego puede considerarse casual y está estructurado de una forma bastante habitual: tiene cinco mundos con un promedio de veinte pantallas por mundo. Lo interesante es que al no contar con estrellas, puntuación o coleccionables, este juego no evoca esa sensación de juego móvil que tanto permea a otros similares. Cada cierto tiempo el juego introduce elementos nuevos en el ambiente que cambian las mecánicas de juego: como portales que teletransportan a los personajes o una varita mágica que invierte su la dirección de movimiento. Aunque estas adiciones realmente si cambian la dinámica y el método de resolución de los acertijos: el ritmo al que se introducen y re-combinan se siente bastante errático. Para mi los acertijos de los mundos 1 y 2 son bastante parecidos entre sí y como a la mitad del segundo ya empiezas a sentirte embotado, sin embargo a lo largo del mundo 3 se introducen varias mecánicas y obstáculos nuevos muy seguidos uno de otro, y me quedo preguntando si el juego no mantendría mejor el interés si los cambios estuvieran mejor distribuidos a lo largo de todos los mundos. El diseño de los niveles no es malo, al contrario son bastante creativos y variados, pero creo que la forma en que los agrupan y distribuyen, en lugar de maximizar la diversidad que el juego tiene que ofrecer con una curva de dificultad fluida, en realidad hace todo lo contrario y promueve que todo se sienta más homogéneo de lo que realmente es, acompañado por picos y bajonazos de dificultad inesperados. Este juego haría un mejor trabajo de mantener el interés del jugador y empujarlo a seguir jugando si los niveles ya existente fueran re-barajados un poco.

Los gatitos son muy tiernos en cómo se duermen, como se mueven, e inclusive en la forma en que se lastiman. Son criaturas que piden a gritos tener sus propias personalidades y lograr convertirse en mascotas virtuales que el jugador quiera proteger, guiar y salvar a través de los peligros y obstáculos de cada nivel: pero el juego se empeña en negarnoslo. En su afán de crear un ambiente pacífico y relajante el juego se niega a sí mismo mucho del impacto emocional y la personalidad que pudiera tener.
Jugar I and Me fue una experiencia entretenida, sus mecánicas de juego que, aunque no son completamente originales, se acomodan para ofrecer algo que de alguna manera se diferencia de lo demás, especialmente en la variedad y diseño de los niveles: sin embargo pareciera que los desarrolladores se dieron a la tarea de esconder todo esto bajo una dirección de arte y música insípida y los personajes más tiernos y genéricos con los que he jugado en los últimos años. Con una buena cirugía estética y una reorganización interna, estos gatitos podrían dar para más: en esta era de remakes y remasters, uno nunca sabe.
I and me es desarrollado por Wish Fang y publicado por RataLaika games. Está disponible en Nintendo Switch desde el 2017 y acaba de lanzarse en PS4, PS Vita y XBox One one este mes. Existe una versión para PC publicada en Steam desde el 2016.
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